jueves, 12 de abril de 2012

DESPIERTA

Caos. Opiniones que van. Opiniones que vienen. La pluma la dejè en reposo por largo tiempo. Veia, escuchaba, caminaba; todo en medio de mi silencio.



Filtraba. Me mordì la lengua en varias oportunidades, me contuve, contè hasta màs de cien mientras respiraba profundo y recordaba mis constantes sesiones de meditaciòn intensa, de algo tenian que servir en esos momentos.



Tratè de dejar el cafè, mi vicio; fuè imposible. Viajè, recorrì sueños y pesadillas. Elegir mi transporte no fuè fàcil, las exigencias rayaban en lo insòlito.  Despertè y lo encontrè.



Necesitaba volar, a veces planeando suavemente, confiando en las manos de la brisa que me elevaba imperceptiblemente a travès de nubes turquesa y lila.



Necesitaba volar, otras veces a la velocidad de la luz, cruzando fronteras invisibles entre el estàtico estado de confortabilidad que el cuerpo caprichoso exigìa, anclando mi libertad. Borrè las fronteras y crucè los universos; millones de universos, todos contenidos en la cabeza de un alfiler.



Mar adentro, mar adentro; quise navegar. Descalza en la orilla, la tibieza espumosa besaba mis pies, invitàndome a seguirla en su retorno a la profundidad. Desatè mis sandalias, soltè las amarras y zarpè. Recorrì mares añejos y ocèanos fragantes a ron y maderas, especias y frutos. El fuego del sol quemaba mi piel salpicada del nèctar que desborda la copa de Poseidòn...



Caminè, despacio, contando los pasos sin levantar la vista del suelo para no tropezar. Concentrada en un camino rìgido mientras las aves cantaban armoniosas y la vera del camino se iba salpicando de flores multicolores. Miraba de reojo, timidamente, tratando de mantener el paso.



Conforme avanzaba, las maravillas de la creaciòn coqueteaban con mi concentraciòn. Sonidos, aromas, colores. Levantè la mirada del suelo gris y miles de àrboles frondosos enmarcaban el camino. La suave brisa me empujaba obligàndome a acelerar el paso, entonces, corrì, corrì y bajo mis pies ya no existìa el rìgido camino, se extendiò una alfombra de mullida grama, un inmenso prado se abriò frente a mi y seguì corriendo con los brazos abiertos y los ojos cerrados, libre...



Me transportè en el vehìculo perfecto y viajè libre a travès de los mares, cielos y fertiles tierras. Vuelvo a sumergirme en el sueño y observo frente a mi el monitor, el teclado; escucho el sonido del televisor encendido en otra habitaciòn, noticias y màs noticias, la tierra tiembla, peligro de tsunami; las bolsas de valores del mundo se derrumban, el precio del barril de petròleo cae. La Cumbre de las Amèricas preparada para recibir a los màs altos dignatarios mundiales que trataràn asuntos de sumo interès, para ellos.



Este sueño se convierte nuevamente en pesadilla. Menos mal que en pocas horas despertarè...














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